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Verde que te quiero verde: la gran muralla africana en respuesta al cambio climático

El proyecto de la Gran Muralla verde representa un ejercicio de resiliencia y unidad hecho realidad.

Piense en una muralla y muy probablemente le llegue enseguida la vaga imagen de un gigantesco monumento chino de más de seis mil kilómetros de largo, que durante muchos años se ha beneficiado de un mito tan falso como sonoro: el de poder verse desde la luna (1). Ahora, sin embargo, piense en una muralla natural, hecha de pura vegetación, principalmente de árboles, y, ahí, puede que el pensamiento le lleve a viajar hasta África donde, efectivamente, se está creando la Gran Muralla verde: un monumento a la vida, tan gigante como retador, que busca reverdecer una parte significativa del continente africano, y, que, si llega a buen puerto, podría –ésa sí– verse desde el espacio.   

La iniciativa nace de una simple y dolorosa premisa. El continente africano se ha convertido en la primera gran víctima del cambio climático, a pesar de ser el continente que menos contribuye al calentamiento global en términos absolutos y por persona, y debe ahora, además de llamar la atención de otras grandes potencias sobre su actividad destructora, centrarse en la búsqueda urgente de soluciones verdes que mitiguen a gran escala los daños y fenómenos climáticos generados en su suelo. Las cifras no mienten: África es responsable de la menor parte de emisiones de gases invernaderos, el 3.8 por ciento (2) (comparado con los abrumadores 43 por cientos de China y Estados Unidos (3), y sin embargo, debido a claras deficiencias presupuestales, sociales y estructurales, el territorio se enfrenta a graves problemáticas que quedan retratadas en síntomas tan graves como las sequías del cuerno africano, la desaparición de los glaciares de las grandes macizos montañosos del este, la subida generalizada del nivel del mar, la casi desaparición de lagos enormes como el lago Chad (el cual era considerado en los años 1970 el sexto más grande del mundo) o incluso la falta alarmante de agua en ciudades como El Cabo que, por primera vez en su historia, decretó la alarma roja en 2018.   

El Sahel –esa región que se extiende de oeste a este del continente africano, incluyendo el desierto del Sahara– ilustra a la perfección el problema que supone la desertificación para África. En los últimos 50 años, se ha ido conformando un área desértica de más de 600 mil kilómetros cuadrados al sur del Sahara (4). El desierto avanza, pues, a un ritmo galopante. La arena y el polvo lo engullen todo, vegetación y suelos fértiles, y ese fenómeno imparable agrava otras problemáticas ligadas a la escasez de agua. 

Esta sabana gigantesca, tan grande como la China continental, se vuelve cada año más árida. Y, sin embargo, con las alteraciones del cambio climático, la región se ha visto atrapada en unas violentas inundaciones que reinciden con frecuencia. De 2009 a 2020, las noticias de lluvias diluvianas se han sucedido en países como Burkina Faso, Niger o Sudán de tal forma que ya sus habitantes lo consideran algo normal. Y esa nueva normalidad habla de la impotencia que se vive en la región. “Lo que hace diez años sorprendía a todo el mundo ahora ya no asombra a nadie”, explica el periodista Rémi Carayol (5) en un reportaje que retrata a la perfección la resignación que impera en el continente. Se estima que, en 2019, las lluvias torrenciales afectaron a más de un millón de personas en once países subsaharianos, y sorpresivamente, el impacto se concentra cada vez más en las grandes ciudades. Niamey, la capital de Níger, fue víctima de inundaciones en 2010, 2012, 2013, 2016 y 2017.Uagadugú, la capital del Burkina Faso, en 2009, 2012 y 2015. Y esto se repite, se estira en el tiempo y se extiende a otras aldeas.  

Según el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, en sus siglas francesas), con un aumento de entre 1,2 º y 1,5º Celsius en las últimas décadas, África Occidental sufre un calentamiento más pronunciado que en otras zonas del mundo, dando como resultado una severa alteración de los ciclos del agua y una intensificación de los episodios de lluvias intensas (a pesar de que, extrañamente, el número de días lluviosos anuales sigue manteniéndose el mismo) (6). Las lluvias son, pues, más copiosas. Más aterradoras. Aunque igual de escasas.  

Por otro lado, los suelos han sufrido a lo largo de los últimos veinte años una grave degradación que provoca grandes escorrentías y crecidas de los cursos de agua. Los suelos ya no pueden cumplir su función de absorción debido a la deforestación descontrolada, la reducción de los barbechos, y el aumento exponencial de las urbanizaciones. Y en ese panorama desolador, las lluvias torrenciales caen con estruendo, generando migraciones forzadas y el abandono de territorios enormes.  

Una respuesta verde de tamaño gigante  

A esta problemática de desertificación extraordinaria –a la cual también hay que añadir el aumento del nivel de los mares ya notable en ciudades del litoral africano como Saint Louis (Senegal), que, para el año 2080, se estima que un 80% de la ciudad estará en riesgo de inundación (7)– la respuesta de los países de la región ha sido igual de asombrosa.  

La Gran Muralla Verde del Sahel (The Great Wall, en inglés) nace ya condicionada por un contexto sin precedentes: la del ultimátum impuesto por un planeta al borde del colapso, y, por eso, puede considerarse el proyecto natural más grande de los tiempos modernos. Una nueva pirámide africana adaptada a los tiempos actuales. Una idea faraónica para paliar los efectos del avance de uno de los desiertos más grandes del mundo.  

muralla verde 1

La idea surgió en 2007, bajo el liderazgo de la Unión Africana, la cual, respaldándose en una comunidad de 11 países, expuso el deseo de crear una barrera natural de contención frente al desierto y así frenar la degradación de las tierras de la región del Sahel. La iniciativa ya ha sido presentada públicamente como el mayor proyecto ambiental lanzado “por y para los países africanos” (8) elaborado sobre la base de un gran frente colectivo para contrarrestar los efectos del cambio climático.  

Las proyecciones hablan de una franja de 8000 kilómetros de ancho y 15 kilómetros de alto, en un mosaico que aglutina zonas arbóreas y otros tipos de vegetación, extendiéndose del oeste al este africano, desde Senegal hasta Yibuti, lo que convertiría este inmenso muro verde en la estructura viviente más grande del planeta. 

En la práctica, la Gran Muralla Verde empezó a “edificarse” en 2010 con recursos limitados –esencialmente africanos y con el apoyo expreso de Irlanda– y el destacado voluntarismo de Senegal. El país del oeste africano acogió la primera Cumbre de la Gran Muralla Verde en 2016 y mostraba abiertamente el deseo de convertir este proyecto en “una nueva maravilla del mundo” (9).  

Una década después, en enero del 2021, la ONU presentaba la Gran Muralla Verde como “la primera iniciativa insignia del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030”, afianzándola como un símbolo africano de la lucha contra el cambio climático y una realidad transformadora en plena construcción.   

Retos y obstáculos de un esfuerzo inédito   

Más allá de una simple iniciativa que fomenta la siembra de árboles, el proyecto articula también una serie de proyectos sociales y ambientales que velan por la recuperación de distintos cultivos locales y plantas medicinales, la adaptación y mejora de técnicas de plantación, o tienen como énfasis la conservación y la gestión del agua. Por estos motivos, la Gran Muralla verde puede considerarse un programa socio-económico transversal con impacto en distintos sectores y diferentes países, así como una gran muestra de resiliencia, cooperación y voluntad ante el mundo.  

El reto en sí es enorme y las dificultades surgen en distintos puntos. La barrera más sonante es de orden económica. Financiar un proyecto como éste requiere una mejora de la gobernanza y la transparencia local para que los recursos no se pierdan y fomenten a su vez causas que torpedeen los esfuerzos en el terreno. Además, exige la creación de dinámicas de recaudación a nivel nacional e internacional para atraer fondos significativos y evitar incertidumbres.   

Otra gran dificultad se estriba de la esencia idealista de un plan elaborado en las altas esferas de las sociedades africanas, muchas veces sin consultar o conocer la realidad de las poblaciones locales. El trabajo de organismos como el Observatorio del Sáhara y el Sahel consiste, justamente, en incluir las comunidades afectadas y evitar una ruptura social que impediría la sostenibilidad del proyecto a largo plazo.   

Por otro lado, el informe presentado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) señala algunas complicaciones que nacen de la falta de coordinación entre los niveles internacional, nacional y regional. La falta de procesos, de recursos humanos y organismos competentes, implica en el terreno problemas de evaluación y monitorización, pero también imprevisión e inseguridad. El éxito de la Gran Muralla pasa inevitablemente por la formación y atracción de trabajadores que fortalezcan las estructuras del proyecto y de los ámbitos gubernamentales.  

Un poderoso mensaje de resiliencia y unidad africana 

A nivel internacional, el levantamiento de la Gran Muralla Verde africana coincide con otro gran esfuerzo ambiental de tamaño gigantesco: el de la Muralla Verde China, que, aunque menos extensa -se prevé que el muro asiático mida 4500 kilómetros de largo en 2050-, puede considerarse también como una obra de dimensiones faraónicas. China puso en marcha el proyecto en 1978 y, ante los avances galopantes de la contaminación, ha acelerado el proyecto de reforestación. A raíz de esta iniciativa, China se ha consolidado en el tiempo como el país que más aforesta en el mundo y, hoy, sólo África puede arrebatarle este título.   

Esta sana y urgente competencia entre dos territorios del planeta afectados por el cambio climático –que los periodistas Sónia Sánchez y Eduard Forroll resaltan en un reportaje publicado en el periódico Ara en enero del 2021 (10)–, abre quizás la puerta a una carrera de otro tipo: la de la reconstrucción natural a gran escala. La carrera por la vida.  

El proyecto de la Gran Muralla verde representa un ejercicio de resiliencia y unidad hecho realidad. La acción de África abre el camino a un liderazgo verde frente a los atavismos, la inmovilidad y ceguera de Occidente. África se mueve, se moviliza, y parece incluso haber interiorizado ese mensaje del profesor Felwine Sarr en su obra “Afrotopía” que dice: “Una vez hecho el trabajo (de diagnóstico sobre los efectos de cinco siglos de trata negrera y colonialismo), la cuestión más urgente es la de la capacidad de resiliencia y de recuperación” (11).  

Los países del Sahel son plenamente conscientes de que luchan contra el reloj y que, más que nunca, deben afrontar unidos y determinados el mayor reto de todos los tiempos. El compromiso y la voluntad son elementales. Por eso, ahora, el famoso poema de García Lorca suena diferente, con algo de Omar Pene y Youssou N´Dour en el fondo:  

Verde que te quiero verde.
Bajo la luna africana,
las cosas la están mirando
y ella no puede dejar de mirarlas…
 https://www.youtube.com/embed/Kol-6_Oyvns


(1) La NASA negó en un artículo fechado del 2005 la posibilidad de ver la muralla china desde el espacio. 
(2) El director del organismo “Africa Growth Initiative”, Amadou Sy, lo manifestaba claramente en un informe de Brookings sobre las expectativas causas por la Cumbre del cambio climático en París (2015)
(3) Agencia EFE. “EE.UU y China, líderes en emisiones contaminantes”. Efe.com. 5 de octubre del 2020. 
(4) ONU-Acnur. “Desertificación en África: un problema que crece”. Eacnur.org. Mayo 2020. 
(5) Rémi Carayol. “El cambio climático hace estragos en el Sahel”. Orientxxi.info. Traducido del francés por Ignacio Mackinze. 22 de septiembre del 2020.   
(6) Thierry Lebel, Géremy Panthou et Théo Vischel. “Au Sahel, le climat durablement perturbé depuis la grande sécheresse”. LeMonde.fr. 12 de noviembre del 2018.   
(7) Aurora Moreno Alcojor. “El cambio climático en África”. Ed. Catarata de Libros. 2021.   
(8) Nicolás Pan-Montoko. “La Gran Muralla Verde, un proyecto por y para África”. ElAgoraDiario.com. 29 de enero del 2021.   
(9) Carlos Laorden. “A un lado el desierto, al otro verde”. ElPaís.com. 8 de mayo del 2016. 
(10) Sónia Sánchez y Eduard Forrol. “Dos grandes murallas verdes para parar la desertificación del planeta”. Ara.cat. 9 de mayo del 2021. 
(11) Felwine Sarr. “Afrotopía”. Los libros de la catarata. 2018. Págs. 43-96. 

FUENTE: nuevatribuna

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No hay plan b para la extinción de las abejas

Drones con forma de abeja, cultivos modificados que no necesitan polinización, súper insectos resistentes a los agrotóxicos… La industria busca sin éxito soluciones técnicas a la extinción de las abejas y otros insectos clave para la vida en el planeta.

Picadura mortalEl enjambreInvasiónEl enjambre del infiernoAbejas asesinas, Mi chica… El cine ha imaginado una y otra vez ficciones en las que abejas se rebelan y matan humanos. A nadie se le ocurrió producir una película o una serie en la que los seres humanos estaban exterminando a las abejas de forma masiva. Al menos hasta que diversos estudios alertaron a principios del siglo XXI de que eso era exactamente lo que estaba ocurriendo.

Documentales aparte, la serie Black Mirror fue una de las primeras producciones en hablar de ello. En el último capítulo de la tercera temporada, emitido en 2016, las abejas asesinas también son las protagonistas. Pero no las abejas de verdad, porque estas ya desaparecieron, sino unos drones con forma de abeja programados para realizar sus funciones polinizadoras a gran escala tras el colapso de las colmenas. 

El capítulo, al igual que el resto de los episodios, apenas pone un pie en la ciencia ficción. Lleva un poco más allá lo que ya está pasando y le da algo de dramatismo e interés a procesos tecnológicos que llevan años en desarrollo y aplicación.

El fin de las abejas no tiene nada de ciencia ficción. Tampoco tiene nada de ficción —aunque sí mucho de ciencia— las piruetas para sustituir la función polinizadora de las abejas y otros insectos por todo tipo de inventos con mayor o menor inversión y proyecciones de éxito. Todas comparten una premisa: en vez de abordar las causas, insisten en remedios que comparten “la misma filosofía que ha estado en la base del problema y que, por lo tanto, no pueden ser la solución”, dice a El Salto Luis Ferreirim, responsable de Agricultura en Greenpeace. 

Los abejas robots y otros drones

La idea de los drones que hacen de abejas tampoco es propia de Black Mirror. Varias universidades e institutos de investigación llevaban años trabajando en ello cuando se emitió el capítulo. 

Quien más lejos ha llegado hasta ahora es el químico Eijiro Miyako, del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Japón. Después de años de trabajo, en 2017 el instituto anunció que el primer dron-abeja polinizador estaba listo. Según sus datos, conseguía la polinización en el 90% de los casos. Con una combinación de cámaras, GPS e inteligencia artificial, el mini dron de Miyako, recubierto de pelo de caballo y un gel cargado de electricidad, es un serio aspirante a encabezar las soluciones técnicas a la extinción de las abejas melíferas.

El otro gran aspirante es el RoboBee, un mini dron desarrollado por la Universidad de Harvard del tamaño de una moneda, alimentado con energía solar y con cuatro alas que le permiten levantar hasta cuatro veces su propio peso. El gigante de los supermercados Walmart también patentó en 2018 su propia abeja-dron, equipada de pequeñas cámaras para detectar las plantas que necesitan polinización y sensores que aseguran, según dicen, una operación exitosa. Fuera de los laboratorios, la empresa estadounidense Dropcopter lleva años polinizando manzanas, almendras, cerezas y peras con grandes drones multirrotores.

A pesar de los avances en la investigación, a corto y medio plazo ninguno de estos drones puede hacer el trabajo que realizan las abejas, ni siquiera una mínima parte. No están resueltos los problemas que se derivan de un vuelo autónomo prolongado, de la energía sin recurrir a cables o de la estabilidad de vuelo necesaria para que se produzca la polinización. Para entender la dificultad de una alternativa robótica a las abejas, el experto en tecnología de polinización Jeff Ollerton calculaba el número de “visitas” que estos insectos realizaron en 2020 para polinizar un solo cultivo, el del café: nada menos que 25 billones. 

“La cooperación entre plantas e insectos se remonta a más de un millón de años. No hay forma de que podamos reemplazar ni siquiera una pequeña fracción de esto”, dice a El Salto la bióloga noruega Anne Sverdrup-Thygeson

Anne Sverdrup-Thygeson es profesora de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida y ha publicado recientemente Terra insecta: el mundo secreto de los insectos (Ariel, 2020). No cree que la tecnología pueda ayudarnos a salir de esta crisis: “La cooperación entre plantas e insectos se remonta a más de un millón de años, y está finamente afinada y ajustada. No hay forma de que podamos construir drones para reemplazar ni siquiera una pequeña fracción de esto”, dice a El Salto.

Para esta bióloga noruega no hay un plan b frente a la extinción de los polinizadores: resulta mucho más “sencillo y barato” conservar las soluciones que la naturaleza ha ido perfeccionando. La polinización natural es mucho más “compleja y refinada que cualquiera de nuestras imitaciones”, resume. La economía mundial colapsaría antes de que podamos reemplazar con drones los billones de insectos necesarios para la supervivencia de los ecosistemas del planeta, decía en una reciente entrevista.

Más de 20.000 especies contribuyen a la polinización de las plantas del planeta, cuenta Sverdrup-Thygeson, y las investigaciones demuestran que la polinización es más efectiva “cuando hay una multitud, una variedad, de diferentes especies que participan”, indica a El Salto.

Aunque se solucionen la mayor parte de los obstáculos técnicos, explica Ferreirim, y una nube de mini drones salga diariamente, también de noche, a polinizar cultivos, el principal problema seguiría ahí. “El 90% de las especies con flor del planeta necesitan de la polinización animal y en particular de los insectos. Un ejército de drones, por muchos que sean, siempre tendrá que priorizar determinados cultivos, los más rentables, dejando al margen el resto de plantas que también necesitan polinización”, argumenta. Y no se trata simplemente de una abstracta pérdida de biodiversidad, este desequilibrio gradual de los ecosistemas tiene “consecuencias directas no solo para la producción de alimentos, también para muchos otros sistemas ecosistémicos vitales para la vida en el planeta tal como la conocemos”.

“Un ejército de drones, por muchos que sean, siempre tendrá que priorizar determinados cultivos, los más rentables, dejando al margen el resto de plantas que también necesitan polinización”, argumenta Luis Ferreirim, de Greenpeace

Para Ferreirim, no hay dudas sobre las causas de la desaparición gradual de estas especies —el modelo industrial de producción agrícola y los agrotóxicos—, y cualquier propuesta que ignore esto se convierte en una solución de “final de tubería”. Dicho de otra forma: “Si no se va a la raíz del problema, este se va a agravar más y va dar origen a otros problemas de mayores dimensiones”, advierte Ferreirim. 

El tomate y la edición genética

¿Y si en vez de construir abejas robóticas generalizamos los cultivos que no tienen semillas, es decir, que no son fértiles y no necesitan polinización? Hace una década hubiera sonado a sueño poco realista de la industria biotecnológica, pero las innovaciones técnicas van rápido y esto es una realidad desde 2017 gracias a la edición genética, una técnica también conocida como CRISPR/Cas9. 

Ese año, un equipo de científicos japoneses presentó el primer tomate que no necesita polinización. La edición genética supone una auténtica revolución en la tecnología de organismos modificados genéticamente y ya se ha demostrado capaz de alterar y modificar el ADN de casi cualquier organismo, seleccionando rasgos deseados, desechando los indeseados o alterando sus características. El CRISPR/Cas9 ha avanzado de la mano de la genética dirigida o “impulso genético”, que asegura que los cambios se transmiten a los descendientes garantizando una rápida expansión a toda la especie.

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La polinización natural es mucho más “compleja y refinada que cualquiera de nuestras imitaciones”, señala Anne Sverdrup-Thygeson DAVID F. SABADELL

Esto es exactamente lo que ha hecho un proyecto financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates: editar mosquitos para que su descendencia muera antes de transmitir la malaria. “La idea ya se ha probado en Brasil y ahora se suma Florida. Si funciona, demostrará que pulverizar pesticidas es cosa del pasado”, dijo Bill Gates el pasado mayo en una presentación del plan. Inmediatamente después, Gates abrió un frasco lleno de mosquitos macho modificados genéticamente. Otra mala idea de “consecuencias imprevisibles en los ecosistemas” y en la vida en el planeta, señala la ecóloga Janet Fang en la revista Nature.

La secuencia de una pretendida solución exclusivamente técnica que termina generando problemas aún mayores es una de las escenas más repetidas en las últimas décadas de historia humana

“¿Qué pasaría si eliminamos una especie y otra termina por tomar su lugar como propagador de una enfermedad? Las cosas pueden haber empezado mal, pero podrían terminar mucho peor”, señala Sverdrup-Thygeson en Terra Insecta.

A principios de 2020, otra iniciativa se sumaba al listado de soluciones de “final de tubería”: la universidad de Texas anunció que había desarrollado con éxito cepas de bacterias modificadas genéticamente para proteger a las abejas melíferas de los ácaros Varroa y del virus del ala deformada, otras de las causas reconocidas del exceso de mortalidad en las colmenas. 

Cultivos modificados, bacterias editadas… El siguiente paso de la tecnología CRISPR/Cas9 era inevitable: una superabeja resistente a las agresiones del cambio climático, las enfermedades y los plaguicidas. En esa línea trabajan diversos laboratorios, desde Alemania a Japón. Uno de los mayores investigadores sobre la genética de las abejas es el profesor Martin Beye. Su laboratorio en Düsseldorf fue el primero en 2014 en crear una abeja de diseño. Sus intenciones al modificar el genoma de las abejas, al menos según sus declaraciones a The Guardian, se limitan a un mayor conocimiento de la especie. “El mundo no necesita abejas resistentes a los químicos. Necesita prácticas agrícolas que no dañen a las abejas”, dijo el científico alemán. Pese a ello, la investigación para crear abejas resistentes a las amenazas humanas continúa en este y otros laboratorios.

Una historia repetida

No es la primera vez que ocurre. De hecho, la secuencia de una pretendida solución exclusivamente técnica que termina generando problemas aún mayores es una de las escenas más repetidas en las últimas décadas de historia humana. Según el investigador de Greenpeace, el caso de los neonicotinoides —un plaguicida— es un buen ejemplo de esto.

Frente a los problemas que causaban ciertas plagas y las fumigaciones indiscriminadas de agrotóxicos, la industria biotecnológica —Bayer en concreto— desarrolló un sistema para recubrir las semillas de neonicotinoides para que se trasladen directamente a la planta, minimizando en teoría el impacto en el medioambiente. Tal como se comprobó luego, el uso de los neonicotinoides en semillas no era tan seguro como defendía la industria y hoy se sabe que es una de las principales causas del colapso de las colmenas. 

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BIODIVERSIDADInsecticidio, el ocaso de la flora intestinal del planeta

PABLO RIVAS5

Los neonicotinoides, una solución de “final de tubería” para sortear la prohibición de fumigaciones indiscriminadas, terminó generando un problema mucho mayor: un factor añadido para la extinción de las especies que están en la base de toda la agricultura y de los ecosistemas del planeta.

Ocurrió lo mismo, recuerda Ferreirim, con la llamada Revolución Verde, que multiplicó la capacidad del planeta para producir alimentos a partir de la década de los 60 gracias a la mecanización y la extensión de los fertilizantes, los plaguicidas y los herbicidas. El costo de esta revolución agrícola fue alto: su contribución al cambio climático, a la contaminación de aguas, a la extinción acelerada de especies, incluso a la extensión de pandemias, no compensó su teórica misión de acabar con el hambre en el mundo: la mala distribución inherente al modelo agroindustrial ha hecho que el hambre se perpetúe, según este activista de Greenpeace. Tampoco compensa un salto en la productividad que terminó “hipotecando la producción del futuro”.

“Estamos estrechamente entretejidos con el entramado de la naturaleza y los diez millones de especies con las que compartimos este planeta. No existe una salida técnica a esta crisis”, resume Sverdrup-Thygeson

La visión antropocéntrica, dice Ferreirim, que solo piensa en las necesidades del ser humano a corto plazo sin tener en cuenta los complejos e interrelacionados vínculos entre las especies, que decide qué especies de insectos viven y a cuáles deja morir, está detrás de la extinción de los polinizadores. Sverdrup-Thygeson ofrece una metáfora para entender la importancia de los insectos, incluso los más molestos, en la vida en el planeta: cada especie forma parte del tejido, que “hilo a hilo, conforma la hamaca en la que descansamos los humanos”. Si quitamos un hilo, quizá no pase nada, explica, pero “si retiramos demasiados, la hamaca terminará deshilándose por completo”, añade esta bióloga.

“Debemos darnos cuenta de que necesitamos la biodiversidad, estamos estrechamente entretejidos con el entramado de la naturaleza y los diez millones de especies con las que compartimos este planeta. No existe una salida técnica a esta crisis”, concluye esta bióloga noruega.

FUENTE: elsaltodiario

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Minera Cuzcatlán incursiona en la generación de energía fotovoltaica para autoconsumo

El proyecto, en una primera etapa, consistió en la instalación de paneles solares, que abastecen de electricidad a la áreas administrativas de la Unidad para uso en equipos de oficina, iluminación y sistemas.

Compañía Minera Cuzcatlán ha iniciado su incursión en la generación de energía limpia para autoconsumo, con la instalación de 72 paneles solares con una capacidad de sistema de 30kWh, en su Unidad Minera San José, ubicada en San José del Progreso, Oaxaca; lo que le permitirá tener un consumo energético más eficiente y contribuir a la reducción de emisiones de dióxido de carbono del planeta.

El proyecto, en una primera etapa, consistió en la instalación de paneles solares, que abastecen de electricidad a la áreas administrativas de la Unidad para uso en equipos de oficina, iluminación y sistemas, con lo que se proyecta un ahorro de 105 tCO2 (toneladas gases efecto invernadero) anualmente.

Al tratarse de tecnología escalable su capacidad podría ampliarse en el futuro, para suministrar energía eléctrica a otras áreas comunes de la unidad minera.

Con ese proyecto de energía limpia, CMC refrenda su compromiso por aprovechar los recursos naturales de manera eficiente; impulsar el uso de fuentes renovables que no generan residuos que impactan el ambiente, así como colaborar en la sustitución paulatina de energía derivada de fuentes fósiles que emiten gases de efecto invernadero (GEI).

CMC seguirá evaluando opciones para seguir incorporando proyectos innovadores que contribuyan a reducir la huella de carbono.

FUENTE: eleconomista

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DHL Express México impulsa proyectos de cambio social a través Somos el Cambio A.C.

DHL Express considera la acción social como uno de los pilares de su estrategia empresarial, por ello, las acciones de voluntariado corporativo para preservar el medio ambiente y las iniciativas que brindan educación y mejora de las condiciones de vida en contextos vulnerables, son parte de su propósito: Conectar a las personas y mejorar vidas.

Este año, DHL Express se sumó a la iniciativa de Somos el Cambio A.C., organización con el proyecto de emprendimiento social más grande a nivel mundial. Es un programa que motiva a niños, jóvenes y adultos a desarrollar proyectos de impacto social siguiendo una metodología de 4 pasos: Siente, Imagina, Haz y Comparte.

De esta manera, 74 voluntarios de DHL Express México se sumaron a la 11ª edición de esta iniciativa, realizando la evaluación de 740 proyectos para identificar a los equipos con los proyectos de mayor impacto a nivel nacional. Para realizar este trabajo, los voluntarios tomaron una capacitación en línea, se les asignaron proyectos y en la plataforma de la organización fueron trabajando siguiendo una guía y rubrica de evaluación. El tiempo total de participación de los voluntarios de DHL Express en esta iniciativa se reflejó en 310 horas de voluntariado

“El voluntariado de los colaboradores de DHL Express fue vital para impulsar tres de los mejores proyectos a nivel nacional, gracias a su apoyo, pudimos percatarnos del gran trabajo realizado de estos tres equipos de distintas partes del país. Estamos muy contentos de esta alianza y esperamos seguir sumando esfuerzos en futuras oportunidades”, mencionó María Fernanda Gómez de la Garza, Directora de Somos el Cambio.

Cada año, Somos el Cambio lanza una convocatoria para que las escuelas de educación básica, tanto del sector público como privado, concursen en el desarrollo de un proyecto que impacte de manera positiva a su comunidad. En el programa participan escuelas de la Secretaría de Educación Pública y servicios educativos del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) Los participantes observan qué le hace falta a su entorno, imaginan posibles soluciones, realizan acciones para dar solución a la problemática detectada y lo comparten con su comunidad. Se motivan con la creencia “Yo puedo” para transformar positivamente al mundo, comenzando por uno mismo.


Los proyectos elegidos por DHL Express México fueron:

  • Proyecto: Área de juegos: Escuela. Jardín de niños “5 de mayo”- Alpatláhuac, Veracruz
  • Proyecto: Chautipan en Cambio: Escuela: Secundaria Comunitaria “Vicente Guerrero”- Chilpancingo, Guerrero
  • Proyecto: Construyendo una vida: Escuela: Secundaria Comunitaria: “Mi patria es primero”- Acatepec, Guerrero

“Es una experiencia muy bonita poder participar en este tipo de iniciativas, te sientes en sintonía y empatizas con las personas que se tomaron el tiempo para darnos la confianza de contarnos su situación y hacer algo en conjunto por su comunidad; esto nos ayuda a tener una mejor calidad humana, dijo Montserrat Téllez, participante en el voluntariado de DHL Express.

Los integrantes de los tres proyectos elegidos por la compañía recibirán un viaje -con todos los gastos pagados- a la premiación nacional, sumados a las 30 mejores iniciativas nacionales seleccionadas por Somos el Cambio. Esta 11ª edición se celebrará en el mes de octubre en Nuevo Vallarta, Nayarit, en donde los ganadores expondrán su proyecto ante autoridades, medios de comunicación, empresarios y personalidades; además, recibirán una placa conmemorativa que los acredita como ganadores y un kit escolar con insumos -incluida una Tablet- que les ayudará a seguir desarrollando sus habilidades de aprendizaje.

“El colaborar con Somos el Cambio nos ayudó a motivar la participación de nuestros empleados e invitarlos a ofrecer su tiempo y esfuerzo para causar un impacto positivo en distintas comunidades. Estas iniciativas están alineadas a nuestros pilares de la estrategia Go Teach local, en la que apuntamos a vivir en una sociedad más equitativa con mejores oportunidades educativas y de empleabilidad en la sociedad, concluyó Carlos De Silva, vicepresidente de Recursos Humanos de DHL Express México

Este tipo de acciones representan tan solo una parte del compromiso de DHL Express por ayudar a las comunidades donde tiene presencia, consolidando así una estrategia de negocios socialmente responsable.

FUENTE: valor-compartido

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Cambio climático: en 2030, temperatura del mundo aumentará 2.7 grados

El Acuerdo de París establece una serie de medidas para contener la crisis por el calentamiento global.

Eugenia Gómez | El Sol de Tampico

Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán un 16% en menos de una década. Dicha situación provocará “un calentamiento catastrófico” de la Tierra, pues en 2030 nuestro planeta sufriría un aumento de 2.7 grados en su temperatura.

Así lo advirtió la agencia de cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esto tras un análisis de los planes de distintas naciones para recortar sus emisiones de contaminantes hacia la atmósfera.

¿QUÉ ES EL EFECTO INVERNADERO?

De acuerdo con los expertos, hablar del efecto invernadero es referirnos a un fenómeno natural que permite que los gases presentes en la atmósfera retengan parte de la radiación térmica emitida por la superficie terrestre tras ser calentada por el sol, lo que mantiene la temperatura de la Tierra estable.PUBLICIDAD

Aunque esto pareciera positivo, la contaminación aumenta este efecto, generando un incremento en la temperatura que resulta contraproducente para la vida en nuestro planeta, ya que da paso al calentamiento global y con ello al derretimiento de glaciares, lo que deriva en situaciones que ponen en riesgo tanto a especies animales como al ser humano.

La ONU analizó las acciones a efectuar por parte de los 191 estados que se han sumado al Acuerdo de París | Cortesía: AFP

TEMPERATURA SE ELEVARÁ 2.7 GRADOS EN 2030

La ONU analizó las acciones a efectuar por parte de los 191 estados que se han sumado al Acuerdo de París, incluyendo a los 113 países que representan alrededor del 49% de las emisiones de gases contaminantes a nivel mundial.

“Esos 113 países prevén que sus emisiones de gases de efecto invernadero disminuyan un 12% en 2030 en comparación con 2010. Se trata de un paso importante”, señaló el informe dado a conocer recientemente.

El Acuerdo de París establece una serie de medidas para contener la crisis por el calentamiento global | Cortesía: AFP

Podrían parecer datos alentadores, sin embargo, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó que sigue siendo insuficiente.

“Necesitamos una reducción del 45% de las emisiones en 2030 para alcanzar la neutralidad del carbono a mediados de siglo. Los datos actuales implican un aumento del 16% de las emisiones en 2030 respecto a los niveles de 2010. El mundo está en una senda catastrófica hacia los 2,7 grados de calentamiento”, expresó durante el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, organizado por Estados Unidos.

Al respecto también añadió que “existe un alto riesgo de fracaso en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021 (COP26)”, misma que está programada del 1 al 12 de noviembre y que se llevará a cabo en Glasgow, Escocia.

Finalmente, António Guterres remarcó que “está claro que todos deben asumir sus responsabilidades. Necesitamos más ambición en materia de financiación, adaptación y mitigación”.

Cabe mencionar que, según los Acuerdos de París, la meta del pacto es evitar que la temperatura de la Tierra siga elevándose por la actividad preindustrial e industrial. Sin embargo, el cambio climático pareciera imparable y las estimaciones de que en 2030 la temperatura del mundo aumentará 2.7 grados no son muy alentadoras.

La ONU analizó las acciones a efectuar por parte de los 191 estados que se han sumado al Acuerdo de París | Cortesía: AFP

FUENTE: elsoldetampico

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Animales modifican su morfología para adaptarse al cambio climático

El estudio destaca los cambios que se están registrando en las aves.

El cambio climático está provocando que algunos animales estén modificando su morfología, con picos u orejas más grandes, para adaptarse y regular mejor su cuerpos a medida que aumenta la temperatura en el planeta, según un estudio divulgado este martes por la revista “Trends in Ecology and Evolution”.

La investigación fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Deakin en Australia.

“Es hora de reconocer que los animales también tienen que adaptarse a estos cambios, pero está ocurriendo en un periodo de tiempo más corto de lo que hubiese ocurrido desde una perspectiva evolutiva”, señaló Sarah Ryding, investigadora líder del proyecto.

En concreto, el estudio destaca los cambios que se están registrando en las aves.

El loro australiano ha mostrado un incremento en su pico de entre el 4 % y 10 % desde 1871, así como los juncos de ojos oscuros de Norteamérica, un pequeño pájaro cantor que también ha visto aumentar su pico en una proporción similar.

Además, los ratones de madera han alargado sus colas y en las musarañas enmascaradas se está aumentando el tamaño de sus patas.

Ryding realiza escáneres de especímenes de museos de aves de Australia de los últimos cien años para investigar estos cambios y entender cómo se producen.

No obstante, explicó que estas modificaciones morfológicas no significan que “todo está bien”

“Solo quiere decir que están evolucionando para sobrevivir al cambio climático, pero no sabemos las otras consecuencias ecológicas de estas modificaciones y si, de hecho, todas las especies son capaces de hacerlo y sobrevivir”, advirtió. 

FUENTE: eluniverso

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Alemania está a punto de apagar sus últimas centrales nucleares, y en su lugar está quemando gas y carbón: estas son las dudas que nos deja esta estrategia

Alemania ya ha encarado la recta final de su plan para ejecutar el cierre programado de todas sus centrales nucleares. El accidente que tuvo lugar en la central nuclear de Fukushima (Japón) el 11 de marzo de 2011 precipitó el apagón definitivo de las instalaciones nucleares alemanas. La agenda que hasta ese momento manejaba el Gobierno germano contemplaba un cierre escalonado que concluiría con la clausura de la última central nuclear en 2036. Pero Fukushima lo cambió todo.

Cuando se produjo el accidente en la planta nuclear japonesa ocho de los diecisiete reactores nucleares que tenía Alemania operativos en ese momento se encontraban en fase de parada porque estaban siendo revisados. Dos habían tenido varias incidencias técnicas que requerían llevar a cabo labores de inspección y mantenimiento, y los otros seis estaban siendo sometidos a pruebas de estrés que perseguían garantizar que podían ser operados con seguridad.

El plan consistía en que esos ocho reactores nucleares volviesen a la actividad cuando estuviesen listos y hubiesen superado todas las pruebas de seguridad establecidas por la Agencia para la Energía Nuclear (AEN), pero el accidente de Fukushima provocó que el Gobierno alemán decidiese mantenerlos apagados definitivamente. No obstante, esta no fue su única decisión. Los nueve reactores nucleares restantes irían siendo apagados paulatinamente, pero el cierre escalonado no concluiría en 2036; lo haría en 2022. Catorce años antes de lo que proponía la estrategia inicial del Gobierno alemán.

Las seis centrales nucleares alemanas en actividad producen 8,5 GW

El apagón nuclear alemán está a la vuelta de la esquina. El ejecutivo germano ha ejecutado con pulso firme el cierre de las centrales nucleares que programó durante los meses posteriores al accidente de Fukushima, y actualmente solo seis de ellas permanecen activas. Todas generan entre los 1344 MW de la instalación de Gundremmingen, que es la más modesta en términos cuantitativos, y los 1485 MW de la central nuclear de Isar-2, por lo que de forma conjunta suman 8,5 GW. Y es mucha energía eléctrica. Muchísima.Las seis centrales nucleares alemanas que continúan activas generan de forma conjunta 8,5 GW. Y es muchísima energía eléctrica

La transición energética en la que nos hemos embarcado como sociedad es muy positiva porque persigue reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero con el propósito de mitigar tanto como sea posible el impacto de la emergencia climática. Cerrar una central nuclear per se puede encajar en un contexto en el que las fuentes de energía renovables están adquiriendo cada vez más relevancia, pero no debemos perder de vista que es imprescindible reemplazarlas por otras fuentes de energía, y no siempre es factible que esa fuente alternativa sea renovable y no contaminante.

Es un hecho: el cierre anticipado de sus centrales nucleares ha forzado a Alemania a recurrir al gas y el carbón. De lo contrario no podría dar respuesta a todas sus necesidades energéticas debido a que su base de energías renovables aún no consigue sostenerlas. Angela Merkel, la canciller alemana, esbozó con mucha claridad qué consecuencias tendría adelantar el cierre de sus centrales nucleares en el Foro Económico Mundial que se celebró en Davos (Suiza), el 23 de enero de 2019:

Deshacerse de las centrales nucleares tiene un precio. Uno muy alto si nos ceñimos exclusivamente a su impacto medioambiental

«Llevaremos a cabo el apagado progresivo de nuestra energía nuclear con el propósito de concluirlo en 2022. Pero tenemos un enorme desafío por delante debido a que las únicas fuentes de energía que son capaces de dar respuesta a nuestras necesidades energéticas son el carbón y el lignito [es un tipo de carbón muy abundante de origen mineral]. Alemania ha abandonado la producción local de carbón, pero no la de lignito, que es relativamente barata. El problema es que el lignito es una fuente de energía que emite mucho dióxido de carbono […] El gas natural de nuevo jugará un rol esencial para nosotros durante las próximas décadas […]».

Las declaraciones de Merkel en el Foro de Davos no dejaron lugar a dudas: actualmente deshacerse de las centrales nucleares tiene un precio. Uno muy alto si nos ceñimos exclusivamente a su impacto medioambiental. La energía de origen nuclear genera residuos, eso es indiscutible, pero dejando por esta vez a un lado el debate acerca de las consecuencias económicas y medioambientales que acarrea su gestión no podemos pasar por alto que no conlleva la emisión de gases contaminantes. Y esta última característica es muy importante en el contexto de emergencia climática en el que estamos sumidos.

A principios del pasado mes de mayo tuvimos la ocasión de hablar con Pedro Fresco, un reputado experto en los mercados energéticos y las energías renovables que actualmente ejerce como Director General de Transición Ecológica en la Generalitat Valenciana. Pedro nos explicó de una forma clara y absolutamente razonable por qué prescindir de las centrales nucleares hoy es posible, pero no es recomendable. Su discurso describe la realidad energética española, pero lo que hemos visto hasta ahora refleja que también encaja muy bien en el contexto actual de Alemania:

«Ahora, en 2021, no podemos cerrar todas las centrales nucleares. Hacerlo nos llevaría a incrementar las emisiones de dióxido de carbono»

«Ahora mismo, en el año 2021, no podemos prescindir de la energía nuclear. No podemos cerrar todas las centrales nucleares, pero no porque vayamos a tener un problema de suministro, sino debido a que hacerlo nos llevaría a incrementar las emisiones de dióxido de carbono. Tenemos suficiente capacidad de ciclos combinados para cerrar todas las centrales nucleares mañana mismo, pero el problema es que estaríamos introduciendo una energía carbonizada, y esto iría en contra de nuestros objetivos de descarbonización», nos explica Pedro.

«Por esta razón, un cierre masivo y de golpe no es viable. Las centrales nucleares acabarán cerrando, pero tienen que cerrar poco a poco. La razón por la que se ha hecho un calendario de cierre, además de por motivos técnicos y logísticos, es no afectar a las emisiones del sistema eléctrico de una forma importante. En 2021 no es viable cerrarlas todas, pero sí es viable hacerlo poco a poco», argumenta Pedro con convicción.

El accidente de Fukushima provocó que el Gobierno alemán decidiese adelantar catorce años el cierre de sus centrales nucleares en previsión de posibles incidencias técnicas que pudiesen comprometer su seguridad, pero es evidente que no le ha dado tiempo a desplegar la base de energías renovables que necesita para reemplazar su parque nuclear y resolver sus necesidades energéticas.

De hecho, parece razonable asumir que para generar los 8,5 GW que producen actualmente las seis instalaciones nucleares que permanecen activas Alemania va a tener que quemar mucho lignito. Y también mucho gas. Esto es, precisamente, para lo que nos preparó Angela Merkel en su discurso en el Foro Económico de Davos.

La estrategia de Alemania plantea varias dudas razonables

La transición energética en la que nos hemos embarcado conlleva muchos retos que no es fácil asumir. Cada país está optando por la estrategia que considera más adecuada, pero la situación en la que se encuentra Alemania actualmente nos invita a llegar a varias conclusiones. Este país es uno de los más industrializados del planeta, y, como tal, también es uno de los que emite más dióxido de carbono. La llegada de la pandemia ha desvirtuado las cifras porque ha provocado que durante 2020 muchas industrias reduzcan su capacidad de producción, pero podemos desviar nuestra mirada momentáneamente a 2019, justo antes de que arreciase la enfermedad COVID-19.

En 2019, justo antes de la pandemia, Alemania era el sexto país que más dióxido de carbono emitía. En cabeza de esta clasificación está, como podemos intuir, China

Según la consultora Knoema durante ese año Alemania se encontraba en la sexta posición de la clasificación de los países más contaminantes del planeta. Por delante estaban, en orden de mayor a menor capacidad de emisión de dióxido de carbono, China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón. Y después ya aparece Alemania. Probablemente el panorama no habrá cambiado demasiado durante el último año y medio, pero no cabe duda de que cuando este último país cierre sus últimas centrales nucleares en 2022 se verá obligado a incrementar sus emisiones contaminantes porque tendrá que quemar más lignito y más gas.

Gundremmingencentralnuclear

La central nuclear de Gundremmingen, en Alemania, cesará su actividad definitivamente antes de que concluya 2021.

La apuesta de Alemania por las energías renovables es firme, y a medio plazo su plan persigue que la mayor parte de su producción energética tenga un origen renovable y no contaminante, pero aún no está claro cuándo llegará ese hito. Y mientras tanto, como presagió Angela Merkel, este país se verá obligado a incrementar sus emisiones de gases de efecto invernadero. El impacto que tendrá esta estrategia en el medio ambiente dependerá, lógicamente, del tiempo que se prolongue la utilización de las fuentes de energía contaminantes.

Cuando en 2022 todas las centrales nucleares alemanas estén cerradas en Francia seguirán activos nada menos que 58 reactores nucleares

La otra gran duda que se cierne sobre la estrategia de Alemania reside en sus cimientos. Como hemos visto, la posibilidad de que se produzca una incidencia que comprometa la seguridad de sus instalaciones nucleares ha desencadenado el cierre relativamente apresurado de todas ellas. Sin embargo, cuando en 2022 todas las centrales nucleares alemanas estén cerradas, en Francia seguirán activos nada menos que 58 reactores nucleares. Tan solo Estados Unidos tiene más instalaciones de este tipo. Y, como todos sabemos, Francia y Alemania son vecinas, y ambas residen en el mismo corazón de Europa.

Es evidente que no es nada fácil identificar cuál es la estrategia que nos va a permitir recorrer el camino de la transición energética de la forma más segura y menos traumática posible. Y tampoco está claro cuál será el rol que tendrá la energía nuclear en el futuro. Algunos expertos, como Alfredo García, más conocido en Twitter como Operador Nuclear, abogan por la importancia que puede tener la energía nuclear como respaldo de las renovables, pero otros defienden que a medio plazo podremos prescindir de ella totalmente. Pase lo que pase podemos estar seguros de que el tiempo pondrá a cada estrategia en su lugar. Confiemos en que las personas que tienen la responsabilidad de diseñarlas tomen las decisiones adecuadas.

FUENTE: Xataca

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Humo blanco en la BUAP: Lilia Cedillo será la primer rectora de la institución

La doctora e investigadora en microbiología será la primer mujer en dirigir la máxima casa de estudios en Puebla.

Tras votación ‘sui géneris’ vía online por la pandemia de COVID-19, la doctora Lilia Cedillo Ramírez fue elegida para ser la nueva rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien habría obtenido más de 70 mil votos.

La virtual ganadora será la primera mujer en dirigir a la máxima casa de estudios en Puebla, luego que se valide el proceso por el Consejo Universitario el próximo 22 de septiembre y rendirá protesta el 4 de octubre.PUBLICIDAD

De forma preliminar se informó que la doctora en microbiología obtuvo el apoyo de 213 de los 218 votos sectoriales, con un total de 72 mil sufragios para ser la nueva rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Dicha votación supera la obtenida en las dos últimas elecciones por Alfonso Esparza, quien ha sostenido una relación de confrontación con el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa.

FUENTE: elfinanciero

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Estas son las amenazas a las que estamos sometiendo a la biodiversidad del planeta

La pérdida de hábitat y su fragmentación, la sobreexplotación debida a la pesca o la caza, la contaminación, la introducción de especies invasoras y el cambio climático figuran entre las principales.

La diversidad biológica o «biodiversidad» hace referencia a la variabilidad que podemos encontrar en todos los niveles de la biología. Normalmente, se divide en tres niveles o tipos: diversidad genética (o diversidad dentro de las especies), diversidad de especies (o diversidad entre especies) y diversidad de ecosistemas (o diversidad entre ecosistemas). Si bien estos tipos de biodiversidad están interrelacionados, las fuerzas que impulsan cada uno de ellos, varían.

Biodiversidad genética

Está relacionada con los genes de los organismos vivos y representa la diversidad dentro de las especies específicas. Los genes son responsables de la transmisión de ciertos factores o rasgos de una generación a la siguiente dentro de la misma especie; son los que dan características únicas a cada especie individual. Por ejemplo, entre el ‘Homo sapiens’, hay algunas diferencias en la forma, tamaño, color del cuerpo, cabello… estas particularidades nos hacen singulares, sin par.

Para conservar la diversidad de especies, la gestión de los recursos naturales y la protección del hábitat son cruciales

Cada persona es genéticamente única. En las plantas, pongamos una rosa, hay múltiples variedades de colores, formas y tamaños también. En términos generales, la biodiversidad genética abarca los cambios genéticos que se producen en el número o estructura de genes, en una misma especie, lo que le confiere rasgos y comportamientos exclusivos.

Biodiversidad de especies

Trata del número y la abundancia relativa de especies que se encuentran en una organización biológica determinada (no solo la cantidad de especies presentes en una comunidad sino la abundancia relativa de cada especie). Las especies son las unidades básicas de clasificación biológica y, por lo tanto, es la medida más comúnmente asociada con el término «biodiversidad«. Como hay muchos entornos y grupos de organismos que siguen sin estar bien estudiados, las estimaciones del número de especies oscilan entre los 3 y los 100 millones de especies en nuestro planeta. Las principales amenazas para la diversidad de especies son la pérdida de hábitat y la fragmentación, la sobreexplotación (pesca, caza, extracción), la contaminación, la introducción de especies invasoras y el cambio climático. Para conservar la diversidad de especies, la gestión de los recursos naturales y la protección del hábitat son cruciales.

Foto: El lago Volvi en Grecia que se seca temporalmente como consecuencia de el riego excesivo en el sector de la agricultura (junto con los efectos del cambio climático). Se trata de uno de los ejemplos de sistema acuático puesto en riesgo por la ectividad

Nos llevará millones de años recuperar la biodiversidad que hemos destruidoÁlvaro Hermida

Biodiversidad de ecosistemas

La diversidad de ecosistemas hace referencia a la variabilidad de los hábitats dentro de un área geográfica. A diferencia de la diversidad genética y la diversidad de especies, esta tiene en cuenta tanto los impulsores biológicos como los no biológicos de esa variación, como la temperatura y la luz solar. Así, como parte de la biodiversidad, los distintos organismos tienen que aprender a vivir y trabajar juntos dentro de un ecosistema específico; esto es, la diversidad ecológica se centra en cómo los organismos en el mismo ecosistema interactúan entre sí y cómo se afectan positiva o negativamente entre sí.

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La conservación de ecosistemas es esencial para salvar a las especies endémicas en peligro. Foto: Unsplash

En algunas áreas hay un nivel excepcionalmente alto de biodiversidad; esta zona en particular se denomina punto caliente. Algunas especies son muy raras y se pueden encontrar exclusivamente en un ecosistema en particular; son lo que llamamos especies endémicas. En parte debido a su complejidad, la biodiversidad puede ser extremadamente difícil de medir.

Amenazas

La pérdida de hábitat se considera una de las causas principales de la disminución de la biodiversidad mundial actual. La tala de bosques y la construcción de carreteras acaban destruyendo lo que podría ser un hábitat vital para un sinfín de especies, dañando la diversidad del ecosistema. Las especies invasivas también representan otra amenaza palpable.

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Un ejemplo de deforestación (a través del fuego) en el Amazonas. Foto: EFE

Ya sea de forma intencionada o accidental, los seres humanos han introducido especies en nuevos hábitats por todo el planeta y, aunque algunas pasan desapercibidas, otras se reproducen tan desmesuradamente que tienen efectos negativos en la biodiversidad de todo el ecosistema (por ello se denominan especies invasoras).

¿Por qué es importante la biodiversidad?

Porque es la que hace que nuestro planeta funcione como lo hace y sea tan maravilloso y diverso en especies como lo es. Ejerce un papel crucial en el cambio climático, pues se estima que la naturaleza puede proporcionar el 30% de la solución al problema del cambio climático, según la organización The Conservation International. Cada ecosistema individual y cada organismo de cada ecosistema, desempeña un papel crucial: si se pierde parte de él, podría perderse todo.

Foto: El lago Volvi en Grecia que se seca temporalmente como consecuencia de el riego excesivo en el sector de la agricultura (junto con los efectos del cambio climático). Se trata de uno de los ejemplos de sistema acuático puesto en riesgo por la ectividad

Nos llevará millones de años recuperar la biodiversidad que hemos destruidoÁlvaro Hermida

Huelga decir que en el mundo en el que vivimos, la biodiversidad está disminuyendo en todos los niveles. Y, si bien el cambio climático tiene un papel clave en esta reducción, también hay otros factores que están en juego. Los científicos trabajan contra corriente para contrarrestar estas pérdidas y las futuras.

FUENTE: elconfidencial

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C&A presenta su nueva Estrategia de Sustentabilidad 2028

En C&A tienen están convencidos que todas las personas deberían poder verse y sentirse bien a diario, respetando al planeta y sin comprometer la calidad de vida de quienes fabrican nuestra ropa. Por eso tienen la meta de ofrecer alternativas de compra más sustentables para sus clientes, porque les importa de qué están hechas sus prendas y cómo se hicieron. 

Desde hace varios años C&A ha trabajado sobre una estrategia clara que les ha permitido alcanzar nuevos objetivos y ser transparentes con los clientes sobre estos avances. Hoy, además de hablar sobre los planes a futuro, quieren tocar también resultados de nuestra estrategia anterior, teniendo al Reporte Global de Sustentabilidad 2020 como la recopilación de lo que ha ocurrido en este camino hacia el cambio. “Nos hemos retado a nosotros mismos, hemos sido retados por otros y hemos superado los límites de lo posible: aprender y perfeccionar nuestro enfoque a lo largo del camino”, dijo Aleix Busquets Gonzales, director global de Sustentabilidad de la marca.

C&A presenta una nueva estrategia de sustentabilidad

Entre los puntos a destacar en este informe se encuentra lo siguiente: 

  • El programa ZDHC (Zero Discharge of Hazardous Chemicals), ya que actualmente son la única marca de moda en México que forma parte de él. 
  • Han continuado con el programa de donativos en especie, que permite contribuir con la sociedad desde un lugar más cercano. Tan solo en el 2020 donaron 55,000 cubrebocas fabricados con retazos de tela a hospitales públicos.  
  • El 69% de la materia prima de C&A a nivel mundial es más sustentable. En 2016, México tenía solo el 1%, en 2020 llegaron al 31% de materia prima más sustentable gracias al esfuerzo de todos los equipos de trabajo. 
  • Actualmente, el 96% del algodón de C&A a nivel mundial es más sustentable. En México apenas era el 2% en 2016, hoy se alcanza el 52% de mejor algodón en sus prendas. 
  • Gracias al programa de reciclaje de prendas, en Europa se llegó a la cifra de 3,157 toneladas recolectadas para poder darles una segunda vida. En México están por relanzar ReutiliC&A después de la pausa que sufrió el programa a raíz de la pandemia.  
  • C&A México fue la marca mejor evaluada por el Índice de Transparencia de la Moda de Fashion Revolution México en 2020. 
  • En la mayor parte de la cadena de suministros de C&A México, son la única marca que realiza auditorías integrales, fungiendo incluso como consultores y desarrolladores de proveedores. 
  • Un 90% de los colaboradores de C&A México que respondieron a la encuesta de clima laboral en 2020, mencionaron que se sentían orgullosos de la contribución de la empresa a la comunidad, la sociedad y el medio ambiente. El 94% de los colaboradores están orgullosos de pertenecer a la empresa. 

“Lo que más me satisface como CEO de C&A México es escuchar lo orgullosas y orgullosos que están nuestros colaboradores por trabajar en una empresa dirigida por una mujer, algo que todavía no es común en México. Es un honor, pero también una gran responsabilidad, ser un modelo a seguir para las y los jóvenes profesionales y ayudarles a retar los paradigmas, incluso en sus propias mentes”, afirma Kelly Kroger, CEO de C&A Méxic.-

El año 2020 enseñó mucho. Enseñó a compartir y cuidar del prójimo. Durante el año, C&A emprendió nuevas formas de conectar con los colaboradores, clientes y socios comerciales. Hizo recordar las responsabilidades, el deber hacia los pares y nuestro planeta. También se destacó el papel absolutamente crítico de la sustentabilidad en el futuro de la industria, y que ya no es cuestión de si se convertirá en la nueva norma, sino cuándo. Puedes consultar el reporte completo aquí.


También te puede interesar: C&A refuerza su compromiso con la sustentabilidad con ‘Wear the Change’


Si bien, el año pasado marcó la finalización del Marco Global de Sustentabilidad 2020 que tuvo una duración de cinco años, hoy C&A presenta una nueva estrategia de sustentabilidad. De cara al 2028, la misión de seguir haciendo moda accesible de manera responsable no solo es necesaria, sino que además requiere de nuevas metas y objetivos que nos acerquen cada vez más a vestir el cambio. Recientemente la marca presentó a nivel global una estrategia basada en tres principales objetivos que involucran distintas acciones: 

  • Personas: Unir e inspirar a quienes tocan las prendas. Contribuir a mejorar el bienestar de las personas; desde quienes trabajan en la cadena de suministro, hasta los propios colaboradores, incluyendo las comunidades en las que tienen presencia. De esta forma, fomentar que los clientes puedan tomar decisiones de compra más sustentables mediante la transparencia en torno a los productos y negocio.
  • Planeta: Renovar y restaurar recursos naturales, trabajar constantemente para reducir el impacto ambiental eliminando las descargas de sustancias químicas peligrosas, reduciendo el consumo de agua y energía eléctrica. ¿Cómo lo hacen? Acompañando a los socios comerciales en la identificación y uso de productos químicos que sean más seguros y buscar eficiencia energética. Actualmente, el 80% de los jeans son Bio-Wash, esto significa que ahorran hasta un 60% de agua durante su proceso de producción.
  • Futuro: Incluir materiales y procesos más sustentables en las colecciones, adoptando los principios de circularidad. De igual manera, en C&A México han incorporado alternativas para reducir el uso de plásticos, desde las bolsas reutilizables hasta el reciclaje de materiales en escaparate y la innovación en interior de la tienda para el mejor aprovechamiento de la cartelería.

FUENTE: valor-compartido