Cuando un olor a huevo podrido se eleva desde los manglares del sureste de México, algo va bien. Significa que este hábitat costero clave para mitigar los impactos de los huracanes se ha recuperado y está capturando dióxido de carbono, el ingrediente principal del calentamiento global.
Hacia el sureste de México existe un gran proyecto para salvar los manglares que se encuentran en la Península de Yucatán. Hace décadas, los manglares se alineaban en estas costas, pero hoy solo hay delgadas franjas verdes de árboles junto al mar, interrumpidas por áreas urbanizadas y segmentos rojizos muertos por demasiada sal.
La primera vez que llegaron al pantano para realizar trabajos de restauración estacional fue hace más de una década con Jorge Alfredo Herrera, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPN), les dijo que, “los manglares necesitaban una red de canales entrelazados donde el agua dulce y salada se mezclaran”.
Aun cuando hombres de Chelem, un pueblo pesquero de Progreso, rechazaron el trabajo, un grupo de mujeres lo aceptó, creyendo que podían lograr mucho por el futuro de sus hijos. Después de la temporada de lluvias, trabajan en el proceso de restauración: plantar manglares jóvenes en un pantano cerca de esta ciudad portuaria.
Colocan plántulas de manglares de 20 pulgadas en montículos de lodo unidos por una malla, creando pequeñas islas de aproximadamente un metro cuadrado. Como sabemos el los manglares representan un ecosistema muy importante para combatir el cambio climático.
Acciones climáticas que favorecen al planeta
Este esfuerzo de restauración de manglares es similar a otros en todo el mundo, ya que los científicos y los grupos comunitarios reconocen cada vez más la necesidad de proteger y recuperar los bosques para almacenar carbono y amortiguar las costas del clima extremo, incluidos los huracanes más intensos.Se están llevando a cabo otras restauraciones en Indonesia, que contiene las extensiones de hábitat de manglares más grandes del mundo, Colombia y otros lugares
Los manglares son el ecosistema que secuestra la mayor cantidad de carbono ya que pueden capturar alrededor de cinco veces más carbono en el sedimento que una selva tropical. De 1980 a 2005, se perdió entre el 20% y el 35% de los bosques de manglares del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
De 2000 a 2016, la tasa de pérdida disminuyó a medida que los gobiernos y grupos ambientalistas destacaron el problema, pero la destrucción continuó, y aproximadamente el 2% de los bosques de manglares que quedaban en el mundo desaparecieron, según imágenes de satélite de la NASA.
Pérdida de manglares en territorio mexicano
En México, como en gran parte del mundo, la mayor amenaza para los manglares es el desarrollo hotelero y urbano. La región cercana a Cancún perdió la mayor parte de sus manglares históricos debido a carreteras y hoteles a partir de la década de 1980.
También se han despejado extensiones de manglares en la costa del Pacífico sur del país para dar cabida al cultivo de camarón, mientras que la exploración y perforación de petróleo en aguas poco profundas frente al Golfo de México amenaza a los manglares.
Aunque México tomó medidas para establecer un plan de acción climática en 1998 y fue uno de los primeros países en desarrollo en hacer compromisos voluntarios bajo el Acuerdo Climático de París, su compromiso con el medio ambiente comenzó a retroceder en 2015, dijo Julia Carabias, profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.En los últimos seis años, México ha recortado los recursos para la conservación del medio ambiente en un 60%
Por otro lado, el creciente apoyo del gobierno a la energía de combustibles fósiles a infraestructura en curso y los proyectos turísticos en la región, está dañando el ecosistema de las costas de nuestro país.
A pesar del sistema de monitoreo del país, los investigadores locales dicen que por cada hectárea (2.5 acres) de manglar restaurado en el sureste de México, 10 hectáreas se degradan o se pierden.
FUENTE: meteored