Para tomar conciencia y sensibilizar a las personas sobre el cambio climático y los efectos ambientales que se generan constantemente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, es así que eligió el 28 de enero como la fecha para recordar que debemos reducir las Emisiones de CO2 para el bien del planeta.
Esta situación alertó a líderes mundiales cuando, en el 2015, científicos de la ONU informaron que el calentamiento global se aceleraría cada año por el efecto de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), que son el vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O), metano (CH4) y ozono (O3). De la lista anterior, hicieron hincapié en el CO2 porque representa dos tercios de todos los gases contaminantes a raíz de que la industrialización acelera su liberación por la quema de combustibles fósiles.
Frente a esto, y en un esfuerzo por contrarrestar el impacto del cambio climático, el 12 de diciembre de 2015, en Francia, 197 países adoptaron el Acuerdo de París, entre ellos, Canadá, China, Estados Unidos, India, Rusia y México. Cuya finalidad es que las naciones que lo integran reduzcan sus números de huella de carbono y demuestren qué han hecho para aumentar su resiliencia frente al cambio climático, cómo protegen a las personas del creciente número de tormentas, sequías, inundaciones, incendios y qué acciones aplican para evitar que la temperatura del mundo suba a 1.5 °C (grados Celsius), ya que si se rebasa esa cifra estaríamos frente a un desastre para la humanidad y las especies del planeta.
Los expertos dicen que el impacto sería negativo en los alimentos, la seguridad y la salud humana. Por ejemplo, los insectos que son vitales para la polinización de cultivos y plantas perderían la mitad de su hábitat. También la frecuencia e intensidad de las sequías, tormentas y fenómenos meteorológicos extremos aumentarán, los arrecifes de coral desaparecerán, el nivel del mar incrementará, el hielo del Ártico seguirá derritiéndose de una manera acelerada y, muestra de ello, es que en el 2020 el hielo marino alcanzó su mínimo anual en septiembre como el segundo más bajo en el récord de satélites en 42 años. Se observó una temporada récord de huracanes en el Atlántico, el número de ciclones tropicales a nivel mundial fue superior al promedio y en los Estados Unidos se registraron los incendios más grandes de la historia a finales del verano y otoño.
Hay que reconocer que es responsabilidad de las empresas, países e individuos encontrar y llevar a cabo nuevas formas de hacer las cosas, desde la generación de energía limpia, movilidad en transporte eléctrico, fabricación, que el uso de suelo con la agricultura sea sostenible con el medio ambiente y que el uso de electrodomésticos sea con bajo consumo de energía, así como comprar productos locales orgánicos. Debería de ser una cuestión personal y pensada en el futuro, ¿cómo queremos vivir? Si respirar aire limpio, beber agua potable, vivir en una tierra fértil o todo lo contrario. Trabajemos para contrarrestar los efectos nocivos del cambio climático.
Para António Guterres, Secretario General de la ONU, contrarrestar los efectos nocivos del cambio climático frente a la crisis mundial que se ha observado en el mundo por la pandemia de Covid-19, es una de las prioridades y uno de los tantos retos que enfrenta la humanidad para hacer la paz con la naturaleza, enfrentando el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad.