Otro año que está por irse, en el que hemos vivido pérdidas como nuevos descubrimientos. Tal es el caso de lo que la naturaleza nos ha dejado. Nuevas especies animales fueron encontradas durante este 2020.
Dentro de este grupo encontramos una especie de tortuga matamata, denominada Chelus orinocensis. Su tamaño aproximado es de 50 centímetros y su aspecto es muy parecido al de una piedra. Gracias a las pruebas de ADN se dio a conocer que esta especie es pariente de la Chelus fimbriata, mismas que se separaron hace 13 millones de años debido al proceso de división de las cuencas Amazonas-Orinoco.
Un ser marino también es objeto de estudio. Es el Cirripectes matatakaro de la clasificación de blénidos que viven en torno a las Islas de la Línea y la Polinesia Francesa. Los estudios a los que se someterá esta especie ayudarán a determinar el origen del Cirripectes vanderbilti, endémico de Hawai. Y también con esto se separará de los otros peces con los que se confundía, como es el Cirripectes variolosus.
Otra clase de estos nuevos animales que es estudiada es el sifonóforo más grande descubierto hasta el momento. Se trata del ya conocido como colonias flotantes de predadoras y venenosas, pertenecientes a la familia de los hidrozoos. El plus de este hallazgo es que mide 46 metros de extensión. Su forma de actuar es creando una cuerda que barre las aguas y atrapa pequeños crustáceos y peces, alimento de esta especie.
Un nuevo crotalino de la subfamilia conocida como la víbora de foseta se denomina Trimeresurus salazar. El cual se localizó en el noroeste de India. Como otras especies de trimeresurus, este nuevo ejemplar también es muy venenoso; mide alrededor de 41.5 centímetros, es delgada y de color verde amarillento con cola rojiza. Como característica particular, los machos tienen una franja naranja en el costado de su cabeza.
Como quinto descubrimiento, nombramos a la Iguana melanoderma. Localizada en en América, en las Antillas Menores y el Mar Caribe. Esta iguana negra endémica es peculiar porque cuenta con un punto negro ubicado entre el ojo y el tímpano. Además, para determinar su edad, su piel va oscureciendo cuando envejecen, excepto la parte interior de su hocico. Esta especie corre el riesgo de estar en peligro de extinción en poco tiempo debido al tráfico ilegal de animales y a la fuerte competencia que tienen por parte de la Iguana delicatissima, especie autóctona, al igual que por otras iguanas introducidas al hábitat como son la común y la verde.
Ante esto, cabe decir que no todo está perdido y que la naturaleza nos sigue sorprendiendo con todas las especies nuevas y la que nos faltan por conocer. Así que nuestra labor es cuidar de ellas y de toda la naturaleza que nos rodea.
Fuente: Idea.Lu