Conmemoración del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil
¿En algún momento de tu niñez te contaron cuentos antes de dormir o como actividad recreativa? Si tu respuesta es afirmativa, ¿recuerdas lo entretenido y fantástico que era imaginarse las situaciones de los personajes, lo bonito y llamativo de las ilustraciones en los libros?
Afortunadamente los lectores actuales disfrutamos de esos cuentos con finales felices, y aunque en sus inicios la literatura infantil no existía, la mayoría de los cuentos populares que conocemos vienen de historias antiguas que se contaban de forma oral con una trama macabra, su finalidad era dar un aprendizaje o advertir sobre algún peligro. Fue Charles Perrault, escritor francés, quien realizó la primera compilación de esas historias y las adaptó con una tono menos violento, dejando sólo la lección. En su compilación titulada Cuentos de Mamá Ganso, se pueden encontrar las historias de “Caperucita Roja”, “El Gato con Botas”, “Cenicienta”, “Barba Azul”, “Pulgarcito”, entre otros.
Recordemos que en el cuento de “Caperucita Roja”, en la versión de Perrault, la niña logró sobrevivir, pero en la historia oral, el Lobo le da de cenar a la niña trozos de carne de su abuela para después ser devorada. En “La Bella Durmiente”, la joven fue violada por un rey; queda embarazada de dos hijos que fueron mandados a descuartizar por la reina y dados de comer al rey.
También están los cuentos de los Hermanos Grimm, que de igual manera recopilaron historias que modificaron, esos cambios muchas veces por su dureza eran censurados; por ejemplo, en “La Cenicienta”, sus hermanastras para poder calzar la zapatilla de cristal se mutilan los dedos y el talón. La realidad es que esos cuentos no estaban dirigidos a los niños. Quien sí escribió pensando en ellos fue el escritor, Hans Christian Andersen, que pasó a la historia con cuentos como “El Patito Feo”, “La Reina de las Nieves” y adaptaciones, como “La Sirenita”.
En la Edad Moderna, con la industrialización en el siglo XVIII, la noción de niñez y juventud aún no estaba cimentada, muchos niños eran huérfanos y trabajaban, a sus escasos 5 años de vida, en fábricas y con jornadas extenuantes de más de 10 horas. Los lugares eran oscuros, sucios, sin oxigenación, húmedos y fríos, por lo que muchos morían. El escritor Charles Dickens reflejaba en sus escritos las situaciones de vida por las que atravesaba la sociedad. Un ejemplo de ello, su novela Oliver Twist que relata las adversidades por las que pasó el protagonista en una sociedad que atravesaba por la Revolución Industrial y los problemas sociales que se estaban viviendo, como la explotación, prostitución, orfandad y alcoholismo.
Estos escritores contribuyeron a que la literatura infantil y juvenil sea lo que es hoy en día. Una forma de interacción con el mundo, de entendimiento y desarrollo de la imaginación. Ahora, el contenido de los libros para niños y jóvenes tiene el cometido de entretener y enseñar de una manera amigable. Los escritores se preocupan por temas sociales y de actualidad que pueden ayudar a la sociedad para entender temas como la diversidad sexual; por ejemplo, Princesa Kevin, de Michaël Escoffier; modelos de familias, para ello el cuento Paula tiene dos mamás, de Lesléa Newman; enfermedades, con Julia tiene una estrella, escrito por Eduard José; diferencias raciales, en el cuento ¡Hombre de color!, de Jérôme Ruillier; empoderamiento femenino, con La princesa rebelde, de Anna kemp y Sara Ogilvie, así como Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, de Francesca Cavallo y Elena Favilli; de miedo, con ¡Mi maestra es un monstruo!, de Peter Brown.
Hoy, 2 de abril, recordemos y celebremos el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, que curiosamente coincide con el nacimiento de Hans Christian Andersen y, aprovechando que es sabadito, podrías darte una vuelta por la Biblioteca IBBY México, en la CDMX, que tiene un inmenso catálogo de literatura infantil; está abierta de lunes a sábado de 10:00 a 17:45 h. También visitar la Biblioteca Vasconcelos, que cuenta con un área especial para niños y está disponible de lunes a domingo de 8:30 a 19:30 h, o el Centro Cultural Elena Garro con un horario de lunes a domingo de 10:00 a 21:00 h.
Santiago F.